Me apago lentamente,
como un atardecer interminable.
Y sólo quiero cerrar los ojos,
y despertarme,
y no volver a encontrar otra vez
la pena hundida
entre mis sábanas …
Hubo un tiempo en que quise ser deslumbrante,
en que soñé un horizonte de luz
y calidez.
Hoy aspiro a mucho menos,
y simplemente me conformaría
con estar un poco menos menos
oscurecida.